viernes, 12 de febrero de 2021

INCIDENTE DESAFORTUNADO

 Sergio Gaut vel Hartman



 

Beethoven no oye entrar a Borges, naturalmente, y el escritor no ve al músico, por lo que ambos chocan y caen al suelo polvoriento de la sala, en la casa de Bonngasse 20. Ludwig lanza un soez insulto en alemán, pero Borges, que sospecha el idioma de Schiller, no piensa que ha atropellado a tan ilustre personaje; más bien deduce que su víctima podría ser Otto Pflegger, un guardia de Treblika que le fue referido por un sobreviviente de ese campo, Jacob Rubinsky, o en todo caso Hans Schwartzenegger, el feroz carnicero bávaro que se ufanaba de haber liquidado a dos centenares de rojos. De todos modos se disculpa en inglés, como cuadra a un caballero, aunque el genio de Bonn tampoco capta la disculpa, por razones obvias, y lejos de interpretar que está ante el autor de “El Aleph” imagina una conspiración judeo-masónica destinada a robarle la partitura de la Décima Sinfonía, que acaba de concluir. Reacciona del peor modo posible y descarga una furiosa y certera trompada que destroza el tabique nasal de Borges y desplaza una punta de hueso que se incrusta en el cerebro del escritor como un dardo de ballesta. Pero en contra de lo que los lectores pueden estar imaginando, el escritor, aunque de natural pacífico, no se queda atrás y antes de morir usa el bastón para machacar la nuca del músico con toda su fuerza remanente, lo que provoca el deceso de Beethoven unos segundos antes de que se produzca el propio. Es por culpa de este violento y desafortunado incidente, y por ningún otro motivo, que la ópera en tres actos “El milagro secreto”, con libreto de Jorge Luis Borges y música de Ludwig van Beethoven, jamás se llegó a componer y mucho menos a representar.   

 

3 comentarios:

  1. Que pena para los pobres mortales! jajaja, muy buen relato Sergio

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  2. Una pequeña obra maestra, destinada a ser un clásico en cualquier antología universal del microrrelato. Simplemente genial.

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