jueves, 8 de septiembre de 2022

ESPECIAL MICROFICCIONES - 001





Reality war

Alejandro Bentivoglio

 

Estamos empezando una guerra nueva, con todos los adornos y efectos posibles. Gastamos un montón de dinero en ella, así que queremos que nos quede bien. La vamos a transmitir por televisión, en vivo y en directo. Pero esta vez, vamos a habilitar un teléfono para que el público vote quién gana, no es justo que los que viven lejos de la metralla se queden afuera del espectáculo.

 

 

Breve tratado de historia

Daniel Frini

 

—¡No comas las semillas, que te va a salir una planta en la panza! —decía mi madre.

Comí las semillas. Nació una planta. Y dos. Y tres. Y una selva. Vinieron pájaros. Animales. Insectos. Hubo lluvias. Calores. Otra vez lluvias. Noches y días. Nativos. Carabelas. Conquistadores venidos de allende el hígado y el páncreas, que exterminaron a los originarios. Villas que fueron pueblos y, después, ciudades. Caminos, vías férreas, vapor, barcos, carros y fábricas. Progreso, que taló una planta. Y dos. Y tres. Y desforestó la selva. Cambio climático que extinguió a los pájaros, animales e insectos. Ya no hay nativos. Apenas mueran los pocos humanos que malviven, todo habrá vuelto a la normalidad, y podré seguir comiendo estas malditas frutas, haciéndole caso a mamá y sin problemas estomacales ni una historia universal tan compleja.

 

 

Toda ella

Sergio Gaut vel Hartman


 

Hizo girar la tarjeta entre los dedos y se preguntó, una vez más, si obraba correctamente. Todo lo que fue o pudo haber sido vive en esta trama digital, pensó. Los abrazos, los besos, la humedad secreta, las rabietas, los instantes supremos, las mentiras, la historia aquella con su amante, ese tipo de mierda, el maravilloso viaje a París, mil noches de sueños compartidos, ese carácter podrido que tenía, lo que hubiéramos hecho juntos si... Toda ella está aquí, comprimida, codificada, lista para insertarse en un cuerpo nuevo, sano, perfecto, flamante. Vaciló una vez más; la mano sobre el tacho de basura. El universo es binario. Sí. No. Sí. No. Alzó la tarjeta, trató de perforarla con la vista, como si la imagen del rostro de Renata persistiera en un espejo mágico, y con un único movimiento, resuelto, definitivo, la guardó en el bolsillo de la camisa, junto al corazón.   

 

 

Longevidad

Javier López

 

—Hijo, sabes que desde que eras pequeño he intentado inculcarte que no fueras derrochador en la vida y que trataras siempre de guardar algo para garantizar tu futuro. Ahora me dices que estás sin dinero. Y te lo advertí, deberías haber sido más prudente para tener el porvenir asegurado cuando fueras mayor.

—Si madre. Y te hice caso y fui ahorrador. Pero lo que yo nunca esperé es que hoy estaría celebrando mi ciento cuarenta y tres cumpleaños. Por más que hubiera hecho, el dinero nunca me habría llegado para tanto.

—Sea como sea, una madre nunca deja de preocuparse por su hijo. Así que preguntaré a tu abuelo a ver si aún conserva algunos de sus ahorros y puede echarnos una mano.

 

 

Horóscopos

João Ventura

 

La voz de la señora era un poco más aguda de lo que sería deseable. Pero tampoco era para menos.

—Estuve aquí antes de aceptar ser la madrina de la niña, traje su fecha y hora de nacimiento y usted dijo que con la conjunción de Júpiter y Venus podría llegar a ser una top-model o una empresaria de éxito. Me adelanté y gasté mucho dinero en el bautizo, y pagué sus estudios, y ahora...

—¡Y eso es lo que indicaron las estrellas, señora Olimpia! Pero estos equilibrios astrales son muy delicados, sabe... Y nadie pudo adivinar que el cometa Shoemaker-Levy iba a caer sobre Júpiter y alterar el ascendente —dijo el astrólogo, con un aire profundamente convencido.

—Alterarlo un poco, vamos, pero hasta el punto de que a la chica le caigan dos años y medio por tráfico de drogas, me parece demasiado, ¡carajo!

 

 

Compañeros

Alejandro Fabián Alberto Aguirre

 

Unos loquitos salen despavoridos hacia el patio, algunos van con las bocas llenas de golosinas, otros con unos cochecitos en mano y un grupito se divide entre los que van al baño y otros al kiosko para arrasar con algunas comidas. Todo ese instante se acompaña con una fría mañana que, a pesar de que inmoviliza a los mayores a ellos no les afecta en lo absoluto.

Ninguno sospecha lo felices que son porque el lugar, que parece ser sacado de algún cuento mágico, los envuelve y los alimenta de algo indestructible. Lo sabrán décadas después para reunirse y celebrar una y otra vez, para abrazarse todos en el tiempo...

 

 

Libres

Javier López

 

Ese día las puertas de todas las cárceles del mundo se abrieron a la vez. A las 6 de la madrugada, hora UTC, los prisioneros oyeron desbloquearse las cerraduras de sus celdas, mientras anunciaban por megafonía que debían abandonar el presidio en menos de diez minutos. Recogieron sus pertenencias y salieron sin terminar de asimilarlo, buscando incrédulos la mirada de los guardianes, esperando que todo fuera una trampa. Pero nadie les impidió salir. Ya sólo nos quedaba aguardar, dentro de nuestros refugios, la reacción de los cuerpos de los condenados a la nefasta radiación, tras la catástrofe nuclear.

 

 

Mi gemelo

Víctor Lowenstein

 

Lo que siento no puede traducirse en palabras. Las palabras son como la etiqueta pegada al recipiente. Adentro hay algo que trata de respirar todavía, pero es algo que se muere, y si no soy yo, al menos tiene una parte mía en su ser.

  Alguien mira el recipiente. Conversa sobre lo que ve con sus colegas. Se van, y ese doctor echa otra mirada al mío y a otros recipientes, y pasa a otra cosa. La parte mía que no está dentro del recipiente lo sigue por un pasillo, escucha su conversación con una doctora, lo ve bajar por una escalera y encenderse un cigarrillo en el descanso de un entrepiso. Esa parte mía que está fuera se aburre y desencamina sus pasos, sintiendo que la parte mía que está dentro del recipiente lo llama desde su oscura mismidad.

La etiqueta dice: “muerte prematura”.                          

 

 

Sometido

Alejandro Fabian Alberto Aguirre

 

Cuando el profesor Dan Albretch volvió del futuro tuvieron que sedarlo por varias semanas por el estado de locura que tenía. Había visto algo aterrador.

Las mujeres de alguna manera habían logrado dominar al hombre. El cambio más significativo fue uno biológico: las mujeres tenían pene y los hombres poseían vagina con lo que estaban preparados para tener hijos.

En ese mundo las mujeres sometían al hombre.

En esa época las nuevas mujeres cometían abusos de todo tipo con el nuevo hombre.

En ese futuro los hombres sufrían por el feminismo y salían a las calles para luchar por sus derechos.

En el presente, ante tantos cambios increíbles, los científicos decidieron destruir la máquina del tiempo. Lo que les preocupaba era cómo iban a decirle al profesor que estaba embarazado.

 

 

Esencia

Maritza Macías Mosquera

 

Las pulgas saltarinas eran la atracción del circo de Liliput. Su número era el más esperado. Ellas ensayaban durante el día, pero Pulguín, el joven adolescente de la familia, se negaba a realizar el número.

—¿Por qué debo hacer cosas para divertir a otros? Yo quiero saltar y picar como es mi esencia —regañaba .

El día en que debutó el circo, la gente aplaudía y vitoreaba a la familia de las pulgas saltarinas.

Cuando debían presentarse, Pulguín desapareció.

De igual modo se presentaron e hicieron su número, pero el público estaba dedicado a rascarse.

 

 

 

Sobre el puente

Cristian Mitelman

 

Angustiado por un amor esquivo, un hombre decide suicidarse saltando desde el  puente que cruza el río Yuán. Tiene la mala suerte de caer sobre la barca de un humilde pescador que navegaba a altas horas de la noche, cuando reina el silencio y hay mejor pique. Mata al pescador que era  aquél con quien la mujer había decidido quedarse.

Los jueces encuentran culpable al fallido suicida y lo condenan a la horca. Esta vez el hombre logra su cometido y pasa al  trasmundo sin  inconvenientes de importancia.

 

 

La mami

Daniel Frini

 

Nunca sueño con la mami. No sé por qué. Estuve a punto de preguntarle al psicólogo en uno de tantos comienzos de terapia; pero, después, él agarró para otro lado y la explicación se perdió. El cáncer se llevó a la mami hace mucho, pero hoy la vi en la cocina, preparando el mate. Juro que yo estaba despierto y ella no era un fantasma.

—Pero… —quise pedir una explicación.

—Las viejas del cementerio me aburren —dijo, mientras me pasaba un dulce—. Además, tenía frio, y me vine para las casas un rato. Después vuelvo.

 

 

Tiempo de ensayo

Sergio Gaut vel Hartman

 

Diario íntimo de Yeshua Ben Josué. Shevat 5 de 3791.

 

¡Por fin logré transformar el agua en vino! No es un vino tan bueno como el que fabrica Yafet, pero tiene menos olor a pata sucia. En cuanto me salga el truco de los panes estaré listo para salir a escena. Preparo a Lázaro para el número final, pero el muy tonto no logra quedarse rígido durante más de un minuto y se empieza a reír. María duda de mi proyecto, y me regaña todo el día; que me ponga a trabajar como corresponde, dice, y que termine la cama de Elizer, que necesitamos el dinero, pero yo replico diciendo que me deje en paz, que se ocupe de la casa y de los niños y que no me sabotee. Tampoco quiero que hable con las vecinas. Debo mantener un perfil bajo hasta último momento.

 

 

 

 

 

 

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