martes, 16 de noviembre de 2021

BUSCANDO A MAMÁ

Débora Mayol Parodi


La extraño tanto… Toby me vas a tener que acompañar. Tengo un plan: con la plata que tengo guardada, sí las de la meriendas, figuritas, todas esas tonterías las ahorré y compré un pasaje. Ya soy grande, pero no me gusta viajar solo. Como no debo comer comida chatarra para tener los dientes sanos, guardé algunas frutas en la mochila con una botellita de jugo. Haré caso esta vez: nada de panchos ni porquerías como dice papá. Yo preferiría una gaseosa y esas hamburguesas doble con mucho queso, con papas fritas y helado pero bueno… También ordené mi pieza para que no se queje como lo hace siempre, va… desde que estamos solos vive protestando por todo.

¡Comienza nuestra primera aventura! “Al infinito y más allá”, como dice Buzz Lightyear. No tengas miedo, si llegamos a la estación y nadie nos detuvo seguro todo saldrá bien. Si ya sé, que veo siempre la misma peli y no me canso. Toy Story es mi favorita, aunque también me gusta “Mi villano favorito”. No seas celoso Toby, mejor hagamos silencio. Por ahora pasamos desapercibidos, nadie nos mira salvo el sujeto de la tercera fila. No me gusta cómo nos mira. Igual quizás piense que la señora que sentó al lado es pariente nuestra, le preguntaré la hora.

—Disculpe ¿sabe a qué hora sale este tren?

—En cinco minutos hijo.

 —Siempre acompañaba a mamá. Sabe una cosa, cuando viajaba con ella, al llegar a la última estación nos bajábamos y me compraba una helado de dulce de leche. Uh… ¿por qué bajan todos?

—Hay que cambiar de andén. Pero… ¿y tu madre dónde está?

—Está cuidando a la abuela.

— Comprendo, ¿estás solo?

—No con Toby, vamos a buscar a mamá.

—M… ya veo, espera que voy a preguntarle al oficial, si sabe a qué hora viene el próximo tren.

No pasa nada, la policía nos detuvo culpa de esa vieja metiche que nos delató. Hay que mantener la calma, papá siempre dice: “no pasa nada, los poli son giles”. Tranquilo amigo, yo no tengo miedo así que vos tampoco.

El oficial Castro parece ser buena gente, me trajo una chocolatada y galletitas. Pronto vendrá mami a buscarnos. A la comisaría traen a los delincuentes, pero también a los niños que se escapan de su casa y viajan solos, porque no se puede. Uh, ahí viene de nuevo el oficial…m… me parece que está aburrido por eso viene a charlar a cada rato.

—Señor Castro: mi papá es buena gente, desde que mamá se tuvo que ir, papá trabaja mucho. Ahora se la pasa protestando, yo creo que también la extraña. Pero yo le tengo miedo cuando se enoja, se pone furioso. Él trabaja en una compañía de seguros y su trabajo es muy difícil, además la gente es muy molesta, dice. Siempre está ocupado y piensa mucho. Me gritó cosas feas un par de veces, porque dice que le hago muchas preguntas pero bueno no le hago caso, sé que está nervioso porque no es fácil trabajar y cuidarme. Pero creo que se enojará mucho cuando usted lo llame. Por favor llame mejor a mamá. Este es el teléfono de mi abuela, lo tengo anotado en mi cuaderno y está el de mamá pero no atiende.

Ufa, estoy aburrido… no me gusta esperar. Acá no puedo ver la tele. Pero pronto voy a poder abrazar a mamá y a la abu también. Vale la pena esperar.

Sabes, compañero de aventuras, que no me acuerdo que día se fue mami, había sol cuando llegué del colegio y ella tenía golpes en cara y le dolía todo el cuerpo. Lloró mucho y me contó que se cayó por las escaleras porque no vio un escalón. No creo que sea verdad, pero en las cosas de los grandes no hay que meterse. Eso me dicen siempre que discuten.

Me acuerdo que ese último día me preparó la leche y la torta de naranjas que tanto me gusta. Después jugamos a las adivinanzas, dibujamos y luego dormimos juntos. Papá ese día no vino a casa. Creo que fue al día siguiente no me acuerdo, volví del cole y papá me contó que internaron a la abuela como alguien tenía que cuidarla, mamá tuvo que viajar. A mí me hubiese encantado acompañarla, pero se fue sola. Papá dice que yo iba a molestar en el hospital y que no pregunte más.

 Como nunca más me llamó, me escapé para traerla de nuevo. Además, ese día se ve que se fue muy apurada, tanto que olvidó su cartera con las tarjetas y el documento. Pero como soy un buen hijo, guardé su documento y sus tarjetas en mi mochila.

—Tranquilo pequeño, pronto vienen a buscarte.

 Por fin se acordaron de mí. ¡Qué bueno verte abuela! Me alegra tanto que estés mejor, así mami se vuelve con nosotros. ¿Dónde está mami? ¿Por qué lloras? Quiero verla. ¿Por qué no vino?

Veo a la tía gritar, diciendo cosas raras, cosas que no entiendo. Como quieren que busquen a su hermana, si mamá estaba con ellas. ¿Qué le pasa? Nadie me dice nada, ahora todos se calmaron, se acercan y me abrazan fuerte. La abuela me toma de la mano y nos subimos al auto. Las veo llorar y me pongo mal. Les pregunto y me dicen que mamá no está porque en el cielo necesitaban un ángel. ¡No, quiero escuchar! ¡No quiero! Es mentira, las madres no mueren.

 Les pregunto si papá lo sabe y dicen que no vendrá, que tiene muchas cosas que arreglar y además está muy enfermo.

Toby, amigo mío por favor no me dejes, todo esto es muy feo…

 

3 comentarios:

  1. Tremendo! me encantó. Solo una observación; creo que si la oración final la dejas en "Toby, amigo mio, por favor no me dejes" gana fuerza.

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