El cubo
amarillo
Erica Echilley
Esperaron
que se fuera y entraron agazapados. En la inmensidad de la mansión, solo se oían
sus pasos presurosos. Al llegar a la cocina, atacaron de lleno aquel mueble
blanco. Y allí estaban esas bolsas, brillantes y pulcras, invitándolos a pecar
de gula.
Miguel
se llenó los bolsillos. Fievel se alejó del resto y carpeteó un hermoso tesoro.
Miró para los costados rápidamente y sujetó el gran cubo amarillo. Se sentía
realizado. Al tirar de él, algo lo sorprendió de repente. Un objeto metálico se
abalanzó sobre su cuerpo. Quedó tendido sobre el carmín con el tesoro a medio sacar.
Una textura atrapante
Joyce
Barker
Agotada por las
compras navideñas, tiró las bolsas al sofá y se echó en su cama. Dejó caer una
mano al piso, sobre la alfombra, y se relajó. “Qué exquisita esta textura, no
me había dado cuenta”. Cerró los ojos. “Tengo quince minutos antes de que
lleguen todos”. Se quedó dormida. Soñó que estaba en la misma posición y que
tocaba la misma alfombra con la mano izquierda. Al sentirla, despertó; pero
esta vez, la alfombra movió sus filamentos y los alargó hasta cubrir su mano
que por curiosidad no quiso quitar de ahí, pero tampoco hubiera podido.
Sombras intrusas
Chelo
Torres
Llegué cansada
del trabajo; mi querida gata Jade siempre venía a recibirme con sus maullidos.
Mi propósito era una cena rápida y acostarme temprano.
Jade se puso mimosa mientras yo cenaba,
pedía sus caricias tras haber pasado el día sola en casa pero yo no estaba muy
solícita. De pronto, empezó a maullar más de lo normal, y al mirar al techo
supe por qué. Unas sombras intrusas cruzaban la habitación, sin saber de dónde
venían ni a quién pertenecían. Con maullidos desgarradores saltó sobre las paredes
hasta que las sombras desaparecieron y entonces ella se enroscó en mi regazo.
Pequeño olvido
Fran Kmil
Sintió la mano sobre su boca. Abrió los ojos y vio el dedo índice del abuelo cruzado verticalmente sobre los labios en señal de silencio. No se asustó, ya no era el niño que venía a pasar las vacaciones en casa de sus abuelos. El viejo, con mímica, le conminó a seguirlo. Obedeció.
Llegaron al patio. El abuelo extendió el brazo señalando bajo la mata de mango.
—Intrusos en mi casa —susurró.
Era una de esas noches apacibles en que nada pasaba. Solo al abuelo le ocurrían esas cosas y a él, por haber olvidado su enfermedad. Maldita demencia, se dijo.
Intruso es usted
Richard
A. Quiroga
En las
madrugadas, los escucho revisar mi heladera. Suenan pequeños pasos y cuando miro,
veo dos figuras bajitas que desaparecen detrás del sillón.
Intrigado dejo el libro que estaba leyendo, me invade el horror al ver aquellas
minúsculas pisadas. Tomo una trampa para ardillas, le agrego carne asada y pan
fresco. Al otro día muevo la trampa… ¡vaya sorpresa!, es una rata.
La comida no estaba, la rata tenía un
collar con un papel, lo saqué, lo desenrolle y decía en letra minúscula.
“Gracias por la cena, entérese… que el
intruso en nuestra casa, es usted.”
Voces
Rafael
Martínez Liriano
La primera vez que escuché las voces
pensé que habían entrado ladrones, después de buscar por todas partes sin
resultado, decidí culpar a alguna alucinación. Sin embargo, las voces se
hicieron más frecuentes, no eran ya ruidos aislados, eran conversaciones
comunes y corrientes: niños riendo mientras juegan, y una pareja que pasa los
días hablando de sus asuntos. Por un momento pensé que serían fantasmas, pero
deseché esa idea cuando hablaron de la pandemia. Se refieren a esta maldita
fiebre española que de seguro nos matará.
Intrusos
David Córdova
Un extraño
sonido en la cocina me despertó. Fui a averiguar de qué se trataba y al
encender la luz todo parecía silencioso y vacío. ¿Alguna alucinación, tal vez?
Miré debajo de la mesa y no encontré nada. Por lo menos estaba seguro de que
nadie había entrado a robar. Ya iba a regresar a mi habitación cuando vi en un
rincón a una rata gorda y peluda que respiraba aceleradamente; sin embargo, no
dudé en tomar la escoba. La golpeé hasta matarla. Más tarde comprendí que había
dejado tres huérfanos. ¡Pobres! Conocerían el dolor muy temprano.
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